Australia Brisbane International 7 de enero 2015

No me gusta a mi mucho Tomic. Para ser sinceros, nunca me ha gustado. Siempre lo he visto muy irregular y, en algunas épocas de su vida deportiva, muy poco profesional. De todos modos, con respecto a esto, no voy a hacer mucho hincapié, ya que todos sabemos de sus fiestas con menores, drogas, alcohol, etc.

Aún así, parece que, el tenista del Oceáno Índico, está queriendo abrir una brecha entre su pasado y un presente que, según nos cuenta, quiere que sea digno y recordado dentro de los anales de la historia del tenis. Dice y expresa que es momento de madurar y de demostrar al mundo que su nombre y su tenis tienen argumentos suficiente para prevalecer.

La prensa y otras fuentas ya nos informaban de la importancia de este ATP Brisbane para nuestro amigo Bernardo, ya que el joven -en proceso de madurez- tenista quiere que este campeonato sea la frontera y el inicio de una nueva era que marque un antes y después. Según él, explica a los medios que ha estado entrenando de forma muy dura, donde en cada entrenamiento lo ha dado todo y que, según nos matizaba, ha perdido peso para ganar más agilidad cara a este torneo.

Dicho esto, a cualquier escéptico como yo, le pueden parecer meras palabras, bien decoradas, con el fin de vender una imagen no real. Pero toda teoría tiene que ponerse en práctica, y por lo que parece, sí que es cierto que nuestro colega Bernardo quiere tomarse en serio esto del tenis. Con estas palabras, me estoy refiriendo al partido que disputó ayer contra Sam Querray. Estuve viendo el partido, y siendo sincero, los primeros juegos deparaban una victoria fácil para el nord americano, ya que el tío Sam estaba fusilando al australiano a base de ACES. Llegados al quinto juego, Tomic empezó a remontar el set y el partido, ganando 7-5, 7-6 y demostrando una buena capacidad para soportar la presión y el desequilibrio incial del partido. Sinceramente, me gustó. Me gustó como Tomic, al parecer, casó sus palabras de madurez y esfuerzo en la pista de tenis.

Mañana Tomic jugará contra la gran promesa del tenis australiano, el joven Kokkinaki; el cual ha estado haciendo la pretemporada con Roger Federer para preparar este campeonato que le abra la puerta al top 100.

En la primera ronda, eliminó al francés Benneteau en dos sets. Muchos hablan de victoria contra pronóstico. Cierto, lo es; pero creo que tampoco fue una victoria para escribir un libro aparte. Si bien el francés -por edad, experiencia, calidad- se le presuponía mayor probabilidad de ganar, creo que el nivel de motivación estaba por los suelos, por lo que pienso y creo que a Benneteau le importaba bastante poco esta ATP.

De ningún modo desconfío de la calidad del joven Kokkinaki, pero creo que, para lo que aún no ha hecho, está un pelín sobre valorado.

Mañana Tomic tengo por seguro que saldrá mucho más motivado que contra Sam Querray. Después de varias semanas de declaraciones, de nueva era; de épocas gloriosas y de esfuerzos sobre humanos, me es imposible pensar que caiga contra un joven paisano que está entrando dentro de este mundo del tenis. Tomic sabe que, ante su gente y su tierra, debe de demostrar que es el mejor; que aún con su corta edad tiene mucho que decir y demostrar. No puede fallar contra la gran promesa de su mismo país. Debe de jugar y reinar dentro de su realidad deportiva. Él es consciente de que si mañana pierde, puede ser sinónimo de un gran retroceso en lo que a la credibilidad se refiere.

Para muchos tenistas esta ATP es una más, pero para Tomic simboliza el inicio de algo que empiece a ser importante y eterno. Después de tantos esfuerzos, arrepentimientos; escándalos; cancelación de contratos con sponsors, etc. Es el momento de que Tomic de valor a sus palabras. El rival, es el indóneo. Una victoria sería más que un pase a la siguiente ronda; sería un duro golpe sobre la mesa para demostrar que, de momento, él es quien manda en esta tierra.

Stake 5. Lo veo bastante claro.