Enviado: 19 de Julio de 2011, 16:16
Ahora que estamos en una época apuestil bastante baja me lo estoy tomando con calma, pero intentaré pasarme a menudo a partir de esta semana. Llevo un rato leyendo los comentarios que habéis ido dejando durante la semana.
Hay uno en el que comenta Acm que con ganas e ilusión basta hoy en día para ganar partidos a nivel ATP refiriéndose al partido Knittel - Dodig. Para mí esa frase, en la que estoy 100% de acuerdo, resume lo que son estos torneos de transición hacia la pista rápida americana.
Como apostantes creo que es sencillo beneficiarnos de tanta espantada. ¿Cómo? Pues por norma general éstas se producen en 2 sets. Sin ir más lejos, ayer hubo 9 partidos de primera ronda en Hamburgo, todos con victoria en dos sets. Y hoy de 10 partidos 8 se han solucionado por la vía rápida. Había cuotas que superaban el @5 en muchos casos: el 2-0 de Kamke contra Riba o Chela, el mencionado antes de Knittel contra Dodig, el de Stebe ahora frente a Ferrero, y así varios casos más.
Para los más "amarreteguis" no les incito a meter al 2-0 pre-evento, sino que al finalizar el segundo set, apostar al ganador del 2º al dog supera en casi todos los casos el @2.5 y ese resultado se repite más del 50% de las veces, al menos, en las dos primeras rondas.
Acabo de publicar también un artículo relacionado con espantadas. Cada uno tiene aquí una visión, y un punto de vista, pero bueno, por animar un debate, éste es el mío:
El tenis, además de por otra serie de factores más dignificables, se caracteriza por las comúnmente denominadas “espantadas” en las primeras rondas.
Muchos jugadores, por sobrecarga de partidos, por desinterés, por falta de físico, porque no defienden puntos, o incluso por asegurar un oscuro premio económico pierden a las primeras de cambio en un torneo ante un rival infinitamente inferior, y desplegando un tenis reprochable, más propio de amateurs que de jugadores profesionales asentados en el top 50 del ranking.
Que muchos jugadores pierden en primera ronda porque sí es algo constatable, demostrable y una práctica que sucede semana tras semana en cualquier torneo, bien sea en ATP o WTA. Es algo repulsivo, principalmente porque muchos jóvenes no han tenido aún la oportunidad de destacar en un torneo ATP, y otros lejos de dignificar su profesión, la ridiculizan.
Esta semana, jugadores como Dodig o Riba se han embolsado 3.515 euros por hacer el ridículo en la tierra de Hamburgo, cifras a las no llega un trabajador medio en España en tres meses, y apurando, ni incluso en cuatro. Ellos, mientras tanto, por pasear una raqueta durante una hora, se embolsan la cantidad antes mencionada. Otros, como Dolgopolov o Chela, por el privilegio de ser cabezas de serie, se llevan a su bolsillo prácticamente el doble, 6.045 euros por pasear la raqueta en su primer partido, cifra que cuesta medio año de sudor ganar para el ciudadano de a pie.
Igual de sangrante es el caso que sucedió la semana pasada, en la que en el torneo de Stuttgart solo dos de los ocho cabezas de serie que encabezaban el cuadro pasaron a la siguiente ronda. Del resto, Monfils, Melzer, Simon, Davydenko, Seppi y Florian Mayer caían apeados por tenistas peor rankeados, y en según qué casos, con una capacidad tenística incomparable.
Nadie pone el grito en el cielo. Nadie declara públicamente que es inconcebible que un tipo reciba una media de 4.000 euros por pasear la raqueta durante hora y media. Nadie del núcleo interno de la ATP se plantea una solución y Adam Helfant solo piensa en que acabe la temporada para hacer mutis por el foro.
El antiguo y odiado presidente ejecutivo de la ATP, De Velliers, fue el primero en poner el grito en el cielo, y propuso inhabilitar con suspensiones a los tenistas que se negaran a participar en los torneos. Lógicamente fracasó, y aumentaron las “espantadas” de los “top”.
Ahora no se proponen solucionen. No se castiga a jugadores que están inmersos en prácticas “oscuras”, como ese ruso nacionalizado en Kazajistán. No se investigan partidos cuyo resultado es conocido previo al comienzo del evento. No se modifican los premios por pasear la raqueta durante hora y media en las primeras rondas de un torneo.
Lo peor de todo es que ni siquiera se proponen soluciones, al contrario, se mira para otro lado. ¿Alguien lo entiende?