Vamos contra uno de esos alérgicos a la tierra que abundan en el circuito: el alemán Tobias Kamke. De poderoso servicio y golpes tan potentes como carentes de precisión, la tierra batida no es la mejor amiga de este tenista local, virgen de victorias en esta superficie en la presente temporada. Apenas ha jugado dos torneos disputados sobre ella, la previa de Montecarlo y la primera ronda de Bucarest, cayendo en ambas ocasiones ante Berrer en tres sets y ante Copil en dos respectivamente. 64 partidos en la élite del tenis y sólo 14 con un balance de 5-9 sobre polvo de ladrillo, superficie en la que no ha conseguido títulos siquiera a nivel challenger.
Su rival, Baghdatis, se adapta mejor que él aunque no sea su mejor superficie, pero lo logra gracias a una calidad muy superior, un repoertorio de tenis infinitamente más amplio y mucha más veteranía. El chipriota no pudo con Fognini en un apretado encuentro en Bucarest, pero el italiano está años luz por encima de Kamke y en buena forma, de hecho llegó a la final ayer domingo. Y ese partido se saldó con una derrota ajustada del chipriota (5-7 y 6-7), lo que indica que fue un partido disputado que se decidió por pequeños detalles.
Me imagino que mañana no habrá tanta igualdad y Marcos, a poco que se centre en el encuentro, va a obtener una victoria cómoda porque Kamke ni tiene mucho con lo que hacerle daño ni atraviesa un gran momento como para pensar en que pueda dar la sorpresa. Así que 2-0 para Baghdatis, que nunca ha caído en la primera ronda en Munich.