Parece que las casas de apuestas no conocen lo que es la Liga Adelante, y como yo la conozco de sobra voy a ir a favor del Racing en este pronóstico. El Girona es cierto que viene arrasando, y más en Montilivi, donde ha ganado 5 partidos y empatado uno, sin saber aún lo que es la derrota. Los números son espectaculares, con 17 goles a favor y solo 4 en contra como locales, pero voy a quitarles un poco el maquillaje. Sabadell, Ponferradina, Numancia, Recreativo, Las Palmas y Sporting son los equipos que les han rendido visita. Si quitamos al Sporting, que fue cuando estaba Manolo aún como entrenador y en una racha nefasta, el resto de conjuntos no son nadie. Son partidos ganables para el Girona ante equipos de nivel inferior o similar, y las manitas a Recre y Las Palmas, de las peores defensas de la categoría, no son para tanto teniendo en cuenta este aspecto de lo mal que están funcionando las zagas de onubenses y canarios.
Las aguas no bajan precisamente tranquilas por Santander, pero parece que la victoria ante el Alcorcón ha calmado un poco los ánimos. Los de Fabri, un entrenador veterano con las espaldas anchas, están mostrándose fuertes atrás pero totalmente romos en ataque, apenas han recibido 9 tantos en 12 jornadas pero es la misma cifra que han anotado, siendo solo tres de ellos a domicilio.
Con todo esto parece una locura el pick, pero me explico un poco. En primer lugar, en la Liga Adelante para mí hay poquísimas diferencias entre los clubes y es difícil ver rachas interminables, salvo de algún fuera de serie que desciende algún año como por ejemplo del Deportivo de la pasada campaña. Algún día tiene que pinchar el Girona, un equipo que no tiene como objetivo primordial el ascenso, y creo que puede ser hoy. A ese pinchazo cada vez más cercado, le uno que un equipo como el Racing, con gente de la categoría de Bocanegra, Francis, Gullón, Koné, Jairo, Gai... tiene que salir a flote más tarde o más temprano, y hoy puede ser el día. Son fuertes atrás y espero que puedan aprovechar la calidad de sus hombres de arriba para llevarse el partido, asegurando el empate como nulo.