Enviado: 12 de Abril de 2009, 23:40
Cuando Robina Hutchings comenzó durante la infancia a arrancarse el pelo, los doctores que la atendieron dijeron que se trataba de una conducta pasajera. Cuando llegó a la adolescencia, Hutching estaba prácticamente calva y seguía con la misma costumbre.
Según la información del tabloide británico Daily Mail, la mujer padece una trastorno crónico de la conducta poco conocido que lleva, desde edades muy tempranas, a un ansia irrefrenable de arrancarse cabello. La mujer, una madre de cuatro hijos que vive en la localidad de Northamptonshire, sufre Tricotilomanía.
No es un trastorno común, se lee en Wikipedia, y es largo de tratar, aunque sus efectos no suelen ir aparentemente más allá de los estéticos (calvas o zonas despobladas de pelo) y los sociales (derivados de mostrar en público los resultados del arrancamiento de pelo).
El trastorno, relativamente poco frecuente, se trata mediante fármacos y terapia psicológica. Según algunos estudios la enfermedad podría tener un origen innato, relacionado con algunos genes defectuosos presentes en algunas personas.
Según explica el jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Jerónimo Sáiz, "en un 10% de los casos, la Tricotilomanía está relacionada con un Trastorno Obsesivo Compulsivo, lo que obliga a hacerlo es un impulso irresistible".
Además del tratamiento farmacológico, existe un método que, aunque no ataja la enfermedad, al menos disminuye su impacto. Las extensiones artificiales. Robina Hutching ha tomado la determinación de acoplarse unas y, dice, ahora "se siente mucho
mejor".
Que cosas mas raras pasan