Enviado: 13 de Julio de 2010, 12:49
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El campeón del mundial y el crecimiento del PIB
11 de julio de 2010. La mejor selección española de fútbol que hemos tenido jamás consigue por primera vez en la historia traer a nuestro país la copa de Campeones de Mundo. Y ello lo conseguimos manteniéndonos fieles a nuestro estilo de juego bonito.
Holanda sólo se acordó del “fair play” cuando terminó el partido y tuvieron a bien hacernos el pasillo a los campeones. Un detalle que les honra y que en cierta medida compensa su imagen de equipo marrullero y violento que dieron durante el partido, con el beneplácito de un árbitro inglés que se hizo el sueco para no tener que expulsar a tres o cuatro holandeses.
Pero al final, los dioses del fútbol fueron justos y quisieron que la copa de Campeón del Mundo la levantara el equipo que juega mejor.
Y además, concedieron el honor de pasar a la posteridad a Andrés Iniesta, un excepcional jugador que es la viva encarnación del juego elegante y bonito. Andrés nunca tendrá tantas portadas como Beckham. Es bajito, moreno y su piel no tendrá jamás el bronceado adecuado para ser modelo publicitario. Pero desde ayer tiene el lugar que merece en la historia: está sentado a la derecha de Zeus, en el Olimpo del Fútbol.
¡Gracias Andrés! ¡Gracias Iker! ¡Gracias a todos!
Y, una vez pasada la resaca de la celebración… ¿Qué gano yo con eso?.
Más de lo que parece.
Desde 1970, el país que gana el Mundial de Fútbol aumenta su PIB un 0.7 %, mientras que el que pierde lo ve retroceder un 0.3 %.
¿Una casualidad estadística o un efecto colateral contrastado?
No es tan extraño si se tiene en cuenta que «la Volkswagen de Navarra produce más cuando el Osasuna gana o que los trabajadores de Fiat organizan más huelgas cuando la Juventus pierde».
La confianza tiene también mucho que ver. Es simple, cuando uno está contento, es más productivo y gasta más. Lo dijo Pedro Solbes tras la Eurocopa: «La victoria de la selección tiene un impacto positivo en la economía; el buen ánimo incita al consumo». Y lo ratifica el premio Nobel de Economía en 2001, George A. Akerlof.
Si uno es feliz, trabaja mejor. Y gasta más. Está demostrado: un país campeón del Mundo es un país más productivo.
Los españoles en general tenemos un cierto complejo de inferioridad. Solemos considerar mejor cualquier cosa que venga de fuera que algo nuestro. Como dice el refrán, “cuanto de más lejos es el santo, más grandes son los milagros” o lo de “nadie es profeta en su tierra”.
Ya es bueno ir acumulando motivos para recordar que cuando ponemos el corazón haciendo algo, somos francamente buenos.
Ya es bueno pasear por cualquier ciudad de España y ver a todos los aficionados al fútbol unidos bajo una misma bandera. Orgullosos de ser españoles.
Y será todavía mejor si esto nos ayuda a creeer más en nosotros mismos y a olvidarnos de nuestros complejos. ¡Viva España!