Aviso verídico publicado en el Portal Financiero de un diario de EE.UU. Una mujer escribió pidiendo consejos sobre cómo conseguir un marido rico. Eso, de por sí, ya es gracioso, pero lo mejor de la historia es que un tipo le dio una respuesta bien fundamentada…
Ella:
“‘Soy una chica linda (maravillosamente linda) de 25 años. Estoy bien formada y tengo clase. Estoy queriéndome casar con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año. ¿Tienen en este portal algún hombre que gane 500.000 dólares o más?. Quizás las esposas de los que ganen eso me puedan dar algunos consejos. Estuve de novia con hombres que ganan de 200 a 250 mil dólares, pero no he podido pasar de eso y con 250 mil no voy a vivir en el Central Park West como es mi deseo. Conozco a una mujer, de mi clase de yoga, que se casó con un banquero y vive en Tribeca, y ella no es tan bonita como yo, ni es inteligente.
Entonces, ¿qué es lo que ella hizo y yo no hice? Cómo llego al nivel de ella?”
Rafaela S.
Él:
“Leí su consulta con gran interés, pensé cuidadosamente en su caso e hice un análisis de la situación. Primeramente no estoy haciéndole perder tiempo, pues gano más de 500 mil por año. Aclarado esto, considero los hechos de la siguiente forma:
lo que Ud. ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que Ud. busca, es simplemente un pésimo negocio. He aquí los por qué: dejando los rodeos de lado, lo que Ud. propone es un simple negocio. Ud. pone la belleza física y yo pongo el dinero. Propuesta clara, sin entrelíneas. Sin embargo existe un problema: con seguridad, su belleza va a decaer y un día va a terminar, y lo más probable es que mi dinero continúe creciendo. Así, en términos económicos Ud. es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos. Ud. no sólo sufre depreciación, sino que como ésta es progresiva, aumenta siempre!
Aclarando más, Ud. tiene hoy 25 años y va a continuar siendo linda durante los próximos 5/10 años, pero siempre un poco menos cada año, y de repente si se compara con una foto de hoy, verá que ya estará envejecida. Esto quiere decir, que Ud. está hoy en ‘alza’, en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada: usando lenguaje de Wall Street, quien la tiene hoy la debe tener en ‘trading position‘ (posición para comercializar), y no en ‘buy and hold‘ (compre y retenga), que es para lo que Ud. se ofrece. Por lo tanto, todavía en términos comerciales, casamiento (que es un ‘buy and hold‘) con Ud. no es un buen negocio a mediano / largo plazo, pero alquilarla puede ser, y, en términos sociales, un negocio razonable que podemos meditar y pretender. Yo pienso, que mediante certificación de, ¿cuán ‘bien formada, con clase y maravillosamente linda’ es?, yo sería un probable futuro locatario de esa ‘máquina’; pero quiero lo que es de práctica habitual: hacer una prueba, o sea un ‘test drive…’ para concretar la operación.
¿Puedo agendarla?”
(enviado por Chiquitín desde Caracas)
El enlace a la referencia original en inglés, bastante más elaborada que esta traducción en castellano:
http://freakonomics.blogs.nytimes.com/2007/10/09/the-economics-of-gold-digging/