Enviado: 10 de Junio de 2009, 16:36
Un joven boliviano ha denunciado a la empresa en la que trabajaba, una panificadora de Gandía, después de sufrir un accidente laboral que le costó la amputación de su brazo izquierdo el pasado 28 de mayo.
Una máquina arrancó de cuajo el brazo del empleado, al que el empresario acusa de "ir borracho", y le obligó a pasar varios días en la UVI.
El empresario tiró el brazo a la basura
Franns Rilles, de 33 años, estaba trabajando de forma ilegal "cobrando algo más de 20 euros diarios por jornadas de doce horas diarias, siete días a la semana", declararon fuentes de Comisiones Obreras (CC OO) a 20minutos.es.
Además, según el sindicato, fue trasladado en una empresa hasta los alrededores del hospital y tuvo que ser "un ciudadano" quien le ayudara a entrar al centro, algo que niegan tajantemente desde la panificadora.
La denuncia se sustenta también en el hecho de que el empresario no paró la producción, sino que limpió la maquinaria y tiró el maltrecho brazo a la basura. Debido al mal estado del miembro, no pudo serle reimplantado.
"Iba borracho y se cayó dentro de la máquina"
El responsable de la panificadora en la que sucedió el accidente confirma que Rilles estaba trabajando de forma ilegal, pero que él dijo "que tenía papeles" y "que los iba a llevar", declaró a 20minutos.es.
El empresario le acusa de ir ebrio a trabajar. "Iba borracho y se cayó dentro de la máquina", asevera el dueño de la panificadora, quien asegura que "ya le había despedido un par de veces por este motivo, pero vino llorando a mi casa y le contraté de nuevo".
Admite que no le vio llegar a su puesto de trabajo y que de haberle visto ebrio "le habría mandado a casa". Asimismo, reconoce que tiró el brazo a la basura: "En ese momento no piensas y no se me ocurrió otra cosa... no era consciente de lo que estaba haciendo", afirma. Según su declaración, "el brazo era inservible, no se podría reimplantar".
Me va a costar todo lo que tengo
Por otra parte, desmiente que su empleado fuera abandonado de camino al hospital: "Hay dos testigos, un policía y un médico, que pueden confirmar que mi hermano tuvo que ser atendido después de trasladarle (a Rilles)".
Tampoco admite que sus empleados trabajaran en las condiciones que denuncia el sindicato: "Libraban uno o dos días, porque yo no tengo faena. Es mentira que trabajaran doce horas y que cobraran 20 euros al día".
Desde el accidente, la empresa no ha vuelto a abrir. El responsable dice haberperdido "todos los clientes" y subraya que el incidente le ha "arruinado". "Me va a costar todo lo que tengo", lamenta.
Fuente: 20minutos.es